martes, 8 de septiembre de 2009

Los pequeños hilos que salen del televisor

Es curiosa la cantidad de gente que se deja llevar por TODO lo que dice la televisión -sí, lo que dice ella, como si fuera una persona-. Momentáneamente remiten inconscientemente a esa sociedad del espectáculo de la que tanto hablaba Débord y los situacionistas.

Las discusiones se repiten y se repiten ni siquiera en espiral, sino en círculo vicioso... "pero, adonde viste eso? - Diay, en la tele!"... eso está como raro!. La cuestión es que ahora la gente se traga todo lo que viene en la tele como si fuera "santa" verdad incuestionable.

Se produce una especie de tautología donde lo que sale en la tele es verdadero porque sale en la tele y sale en la tele porque es verdad... pues bueno, el control mediático está desde antes de la guerra fría, desde muchíiisimo antes, pero ahora llega a puntos jamás pensados.

Justamente resulta particular que nuestro entorno social cada vez se reduce en personas y se incrementa en pseudo-programas , que lo ùnico que hacen es reproducir modelos de individualidades competitivas... pues claro, por algo era que ahora ya nadie es solidario o valora realmente la solidaridad más que en un discurso caído que se refuta apenas uno conoce un poquito a la persona... "Claro, la solidaridad es buena, y es uno de esos valores que se están perdiendo... ring ring, cochino ICE, ojalá le metan competencia para que mejoren el servicio".

Pues en fin, de la tele como que salen unos hilos misteriosos que nos convierten en marionetas y nos hacen sentir parte del espectáculo. Delgados e invisibles nos hacen pensar que nuestra opinión es nuestra de verdad, cuando la mayoría de cosas que decimos es una reproducción cuasi fiel al discurso de una cara rígida y fría que apareció a travez del vidrio cuadrado -o rectangular-.

Pues sí, cortá esos hilos, o por lo menos estiralos de forma que alcancés a ver la calle, el cielo, el parque y veas que la realidad no está hecha de esos colores tan bonitos que hacen que un tugurio se vea como un escenario holywoodense, para que veas que la gente vive, camina, es, a pesar de lo que nuestro cuadrado amigo nos quiera decir o vender.

Revelate contra el marionetero, dejalo de ver, no lo dejés de ver... la decisión es toda tuya, pero como consejo, repensá, critica lo que te dice, y date el tiempo de vivir la película de tu vida!