domingo, 26 de octubre de 2008

¿De quién son nuestras semillas?



La bulla sobre el TLC hace rato que acabó, pero todavía retumban en mi cabeza muchisimas cosas que todavia no quiero que se pierdan, aunque la esperanza no sea más fuerte que el devenir de la historia, y finalmente, aunque no quiera, las cosas se den para peor, como siempre pasa en este país.

Una de las cosas que más me intriga, es el futuro de nuestros campesinos, indígenas y demás, y la imposibilidad de sembrar las propias semillas que extraen tales personas de los fértiles suelos de este terruño. Ahora las grandes corporaciones que "recaudan" millones "dándole de comer" a la gente que puede pagarles lo suficiente por sus productos y su nombre de marca, quieren multiplicar la plata que hacen, y pretenden privatizar hasta las semillas, que yo hasta el momento, no veo que ellos hayan inventado en primer lugar, el copyright se lo debemos a la madre naturaleza, y en segunda instancia, a los indígenas que empezaron a hacer híbridos hace miles de años.

Entonces, hacia dónde vamos?. Ya el campesino no solo va a empezar a viajar en el BMW que el progreso le cambió por su bicicleta, sino que ahora se va a tener que codear con los señores de saco que llegan cual vendedor ambulante a decirle cual es la mejor semilla transgénica que hay en el mercado y que irremediablemente va a tenerlsela que comprar a ellos o a la competencia de al frente.

Me parece absurdo que despues de arduas jornadas laborales, soles de medio día acumulados, espaldas continuamente dobladas, al extraer las semillas de una nueva cosecha, el único futuro que les pueda esperar sea la basura, mientras esos pies descalzos caminan hacia el MEGA supermercado a comprar múltiples paquetitos de semillas para cultivar lo que le da el sustento a sus humildes familias.

Lo que más me preocupa son las semillas del conocimiento, que día con día se pierden en torno a estas prácticas de patentar hasta la vida, que nos obligan a pagar más por saber un poco menos de lo poco que ya sabemos.

Vuelvo a la pregunta, ¿de quién son nuestras semillas? del que las patenta pasando gordos fajos verdes por debajo de la mesa, o del que las siembra pasando unas cuantas monedas por encima del mostrador, para comprarse lo que le falte para el sustento?.

Ya casi los casos Monsanto se van a multiplicar, y como siempre, los que van a terminar pagando son justamente los que no pueden.